(Publicado del día 25 de octubre de 2012 por Hernán
Camilo Yepes Vásquez en el Nuevo Día)
El galardonado escritor confesó ante
menores de noveno a undécimo grados del colegio Santa Teresa de Jesús sus
miedos, temores, éxitos y propósitos en el desarrollo de su labor.
Más que un foro, la cercanía del
escritor tolimense William Ospina con las estudiantes que acudieron al inicio
del Séptimo Encuentro Nacional de Poesía y Narrativa Ibagué en Flor hizo de
este una fuente de inspiración para ser las destacadas lectoras y escritoras
del futuro.
Ante unas 400 jovencitas del
colegio Santa Teresa de Jesús, y por unas dos horas, el ganador del Premio
Rómulo Gallegos en 2009 compartió con total sencillez sus experiencias como escritor
en medio del programa Mientras + leo +veo.
Durante su charla, Ospina abarcó
temas como la preocupación por el uso que se debe dar a las nuevas tecnologías,
el futuro del libro impreso y la necesidad de que los escritores del mañana
amen la lectura y la escritura.
Entre conceptos
La nutrida conversación inició
con la inquietud sobre lo que viene para el libro impreso. Sobre este tema,
Ospina fue enfático en reconocer que ?no es que el libro esté desapareciendo.
Es solo que está buscando unas nuevas formas de existir.
?Los libros impresos seguirán
existiendo, pero tal vez más sofisticados?, expuso, y añadió que ?aún no
sabemos cómo van a ser los libros del futuro (?). La Odisea que leemos en
pantalla
es la misma en el papel?.
A esta pequeña introducción,
generada por algunos de los docentes, siguió la ronda de preguntas desde las
estudiantes.Fue una experiencia algo más íntima, que permitió que el letrado
confesara sus miedos, temores y anhelos hacia la escritura del mañana.
?Escribir es algo que uno no se
propone, es algo que va ocurriendo (...). Ser artista es un deber -prosiguió-.
Todo ser humano posee una sensibilidad particular y debería aprovecharla?,
aconsejó.Y dejó claro que para el escritor perfecto ?lo más importante es
descubrir sus defectos y combatirlos?, pues ?tiene que cometer errores para
poder crecer y encontrar los juicios y criterios que lo puedan orientar?.
En ese ameno encuentro, Ospina
confesó también ser alguien ?experto en perder el tiempo?, que suele distraerse
con facilidad, pero que posee obsesiones y ?cuando me llega el impulso puedo
durar hasta dos días escribiendo?.
También surgieron preguntas como
el saber su elixir recomendado para generar relatos de la talla de El país de
la canela, ?Ursúa y Un álgebra embrujada, que le han hecho obtener
reconocimientos y premios en el mundo.
Sobre esto, aseguró que ?me
gustaría saber el secreto para atrapar al lector? y citó de manera jocosa a
Gabriel García Márquez, quien le dijo que todo consistía en ?evitar que el
lector llegara a despertarse. ?Una de las astucias del escritor radica en que
esté interesado en lo que está escribiendo y que lo crea?, reflexionó, y puso
el caso de la estadounidense Emily Dickinson, de quien luego de su muerte fueron
publicados cerca de mil 800poemas por sus hermanos.
Al final, Ospina admitió que el
acto ?fue muy interesante por la atención a la exposición, la abundancia de las
preguntas y lo interesante de las mismas, que en su mayoría fueron sobre el
oficio de escribir y las dificultades para llegar a serlo.?Hubo un interés
genuino en los temas y fue un diálogo muy rico?, puntualizó, mientras firmaba
las docenas de
ejemplares que sus seguidores
traían a la mesa.
Cosas en veremos
Si bien el encuentro fue
provechoso, no son muy buenas las noticias que el renombrado escritor dio
acerca del anuncio a principio de año de un centro cultural para el norte del
Tolima, con sede en Fresno, y la posible no continuidad de la revista Número.
Al respecto de la publicación,
indicó que ?lo único que ha impedido dar el anuncio oficial de que la revista
se muere ha sido el esfuerzo de ver si encontramos alguna alternativa para que
esta circule. ?Estamos en una época de tal crisis de los medios impresos.
Llevamos un año tratando de salvar a Número, que lleva 18 años, pero es muy
difícil lograr la financiación porque es muy costosa. Sin embargo, creo que no
va a ser posible y que la revista va a desaparecer?, aseguró. Y en relación con
el centro cultural, indicó que ?hasta ahora todo ha dependido de las instituciones.
La Federación de Cafeteros donó unas bodegas y estamos ávidos de iniciar, pero
infortunadamente la donación fue a través de la Gobernación del Tolima?.
Esta, a su vez, según afirmó,
?puso condiciones para después entregarnos el sitio en omodato, aunque era lo
único para lo que habían sido cedidas. Hay tantos requisitos legales y trámites
burocráticos por superar en este país que llevamos dos años empantanados en la
burocracia?.
Con estas condiciones, explicó,
se exige no hacer modificaciones al bien y se tendría vigilancia y control al
respecto, lo que no permitirían iniciar el proceso; de igual manera, aseguró
que no podrían pedir recursos nacionales ni extranjeros, al no saber el tiempo
que duraría dicho comodato.
Por ello, el autor y gestor dejó
claro que ?si no se logra por este camino ya encontraremos cómo iniciar el
centro en Fresno, pero es una lástima que teniendo todas las condiciones el
Estado solo sirva para demorarlo?.
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